MARCH protocol

El protocolo MARCH es una guía esencial para manejar emergencias de trauma, especialmente cuando cada segundo cuenta. Diseñado para primeros respondedores y personal de emergencia, este protocolo prioriza los pasos clave para atender lesiones graves de forma organizada y rápida, maximizando la supervivencia del paciente. Cada letra de MARCH representa un área de intervención específica: sangrado masivo, vía aérea, respiración, circulación e hipotermia/cabeza. Siguiendo este orden, el equipo puede abordar las amenazas más serias primero y asegurar que la atención sea efectiva en situaciones críticas.

STOP THE BLEEDING!!!

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El protocolo MARCH es una herramienta fundamental para el manejo de traumas en situaciones de emergencia, especialmente en entornos donde cada segundo cuenta. Este protocolo organiza los pasos que debe seguir un primer respondedor para abordar problemas críticos, empezando por los que pueden poner en peligro la vida en cuestión de minutos. A continuación, te explico en detalle cada uno de los pasos de MARCH:

M

M

A

R

C

H

Sangrado Masivo (Massive Bleeding): La primera prioridad es detener cualquier sangrado masivo. Si la persona está perdiendo mucha sangre, cada segundo es crucial, ya que la hemorragia es una de las principales causas de muerte en trauma. Aquí, se debe identificar rápidamente cualquier hemorragia visible y aplicar presión directa sobre la herida para intentar detener el flujo de sangre. Si con la presión directa no es suficiente, entonces se utilizan herramientas adicionales como un torniquete, gasas hemostáticas (que ayudan a coagular la sangre rápidamente) o un vendaje de emergencia. Estos elementos son esenciales en un entorno de emergencia, ya que permiten controlar el sangrado y estabilizar al paciente mientras se preparan para el siguiente paso.

Vía Aérea (Airway): Una vez controlado el sangrado masivo, es vital asegurarse de que la persona pueda respirar. Este paso se enfoca en mantener la vía aérea abierta y despejada para que el paciente reciba oxígeno. Si la persona está inconsciente o tiene obstrucciones en la boca o garganta, es fundamental actuar rápido. Aquí puedes usar técnicas básicas como la inclinación de cabeza y elevación del mentón para abrir la vía aérea. Si hay presencia de vómito o fluidos, un dispositivo de succión (si está disponible) es útil para limpiar la vía aérea. También puedes colocar a la persona en posición de recuperación o usar una cánula nasofaríngea, una herramienta que ayuda a mantener la vía aérea abierta sin que el paciente la cierre involuntariamente.

Respiración (Respiration): El siguiente paso es asegurarse de que los pulmones y el pecho funcionen correctamente. En esta fase, es importante inspeccionar visualmente el tórax para buscar cualquier lesión evidente, como heridas abiertas que puedan estar permitiendo la entrada de aire en la cavidad torácica (neumotórax abierto), lo que compromete la respiración. Para detectar anomalías, se usa la técnica de “barrido y rastrillo”, donde se palpa todo el pecho en busca de fracturas o heridas ocultas. Si se encuentra una herida abierta en el tórax, es necesario aplicar un parche torácico, que sella la herida y ayuda a evitar que entre más aire, estabilizando así la respiración y reduciendo el riesgo de complicaciones como el colapso pulmonar.

Circulación (Circulation): Después de tratar los problemas respiratorios, es importante revisar que todas las intervenciones de sangrado masivo sigan funcionando correctamente. En esta fase se examinan otras heridas que no se hayan abordado y se hace una evaluación de signos de shock, como piel fría, pulso débil y confusión. El shock es una condición potencialmente mortal en la que el cuerpo no recibe suficiente flujo sanguíneo, y puede ser causado tanto por pérdida de sangre como por otros factores. También se revisa si hay lesiones pélvicas, que pueden ser muy graves y difíciles de tratar en el lugar. Una fractura en la pelvis puede provocar sangrado interno significativo, por lo que, de detectarse, es esencial inmovilizar al paciente y prepararlo para una evacuación rápida.

Hipotermia y Cabeza (Hypothermia and Head): El último paso se enfoca en prevenir la hipotermia y evaluar posibles lesiones en la cabeza. Incluso en climas cálidos, una persona que ha perdido sangre o que está gravemente herida puede enfriarse rápidamente, lo que empeora su condición. La pérdida de calor puede reducir la capacidad de coagulación de la sangre, complicando los esfuerzos para controlar el sangrado. Por ello, es fundamental cubrir al paciente con una manta o cualquier cosa que mantenga su calor corporal. También se debe evaluar si hay señales de un traumatismo craneal, como pérdida de conciencia, pupilas dilatadas o comportamiento anormal, ya que una lesión cerebral puede ser crítica y requiere atención especializada.

En resumen, el protocolo MARCH permite a los primeros respondedores actuar de manera rápida, organizada y eficiente ante situaciones de trauma severo. Cada paso prioriza las intervenciones que tienen un impacto inmediato en la supervivencia del paciente, permitiendo que el equipo responda de manera efectiva y aumente las probabilidades de recuperación. En entornos de emergencia, seguir este protocolo ayuda a reducir errores y asegura que ningún detalle importante pase desapercibido, maximizando las posibilidades de salvar vidas en los momentos más críticos.